Adicción a Internet, ¿Crees que estás enganchado a las redes sociales?
Javier es un chico joven, que ha nacido y crecido con las nuevas tecnologías. Él siempre ha sido más bien tímido, le han costado las relaciones sociales, pero también ha tenido un grupo de amigos estables. Hace unos años, empezó a chatear con sus amigos después de salir de clase, y empezó a darse cuenta que a través de la red le resultaba más fácil conocer gente nueva y entablar conversación con chicos y chicas con quien cara a cara le resultaba difícil conversar. Fueron pasando los años, y se fue interesando por las nuevas redes sociales, le gustaba la idea de estar conectado con sus amigos y conocidos, de saber con cierta brevedad que les sucedía en sus vidas, y al mismo tiempo encontró una manera fácil de comunicarse con el mundo. Actualmente Javier tiene perfiles personales en numerosas redes sociales, un blog propio y Twitter. Usa su Smartphone para revisar el correo electrónico del trabajo, permitiéndole actualizar sus perfiles según lo que suceda y contestar a sus “amigos” cibernéticos. Hace unos meses que empezó a tener problemas de concentración en el trabajo, empezó a notarse angustiado, e incluso irritable; todo ello empeoró cuando en cuestión de dos semanas, su teléfono móvil se estropeó y la conexión a Internet dejó de funcionar. Fue entonces cuando Javier se dio cuenta de su dependencia a las redes sociales.
El uso de las redes sociales es algo cotidiano e incluso nos podríamos aventurar a decir que fundamental para permanecer en contacto a nivel social. Sin embargo, cuando se pasa cierta barrera y se invierte demasiado tiempo en estos sitios Web, puede llegar a convertirse en un mal hábito.
Ciertamente, las redes sociales son recursos muy útiles para mantener el contacto con los amigos o contactos laborales. Instagram, Facebook, Twitter, Linkendin, entre otras muchas redes, permiten pasar un buen rato navegando, actualizando el perfil, comentando las actualizaciones de nuestros amigos, publicando videos o fotos o simplemente visitando o viendo los perfiles y actualizaciones de los demás.
Empezamos a considerar que existe un problema cuando se pasa demasiado tiempo revisando estos sitios Web, tanto que incluso se empiezan a dejar de lado algunas oportunidades e incluso actividades de ocio, familiares o sociales. En este sentido es muy importante identificar las señales de la adicción a las redes sociales y empezar a poner límites e ir cambiando ciertos hábitos desadaptativos.
Estas son algunas señales a tener en cuenta:
- Ser miembro activo de múltiples redes sociales.
- Visitar las redes sociales sin ningún propósito inicial.
- Sorprenderse por el tiempo dedicado a estar en dichas redes.
- Dejar de quedar con algún amigo o familiar por querer quedarse más tiempo en algún sitio de Internet.
- Levantarse demasiado temprano para revisar o actualizar las redes sociales.
- Esconderse o negar a las personas más cercanas que se ha conectado a Internet.
- Conectarse a una red social, aún y tener la prohibición de los padres, profesores o de la propia empresa.
- Preferencia por interactuar con la gente a través de la red que cara a cara.
- Tener más amigos a través de las redes sociales que en la vida real.
- Sentirse frustrado o enfadado cuando una red social falla o cuando no se encuentra disponible.
En el caso de haberte sentido identificado con bastantes de las señales anteriores (al menos 7 de las 10), todo apunta a que estás estableciendo unos malos hábitos y que estos pueden convertirse en una dependencia o adicción a las redes sociales. Te aconsejamos que reflexiones sobre la posibilidad de qué está sucediendo para evitar tus actividades o responsabilidades, no quedar tanto con tus amigos o compañeros y mostrar dificultades para no establecer relaciones afectivas directas o fomentar las que ya tienes.
Puesto que siempre es difícil dejar de tener un mal hábito, a continuación os proponemos algunas estrategias para dejar de dedicar tanto tiempo a las redes sociales y a Internet:
- Proponerse, de verdad, reducir cada día el tiempo dedicado a las redes sociales. Puedes empezar por ponerte un horario y establecer qué momentos del día visitarás tu perfil o el de tus amigos.
- Si tienes que estudiar o trabajar en la oficina sin necesidad de usar Internet, desactiva la red inalámbrica o desconecta el cable de conexión. Así, no tendrás la tentación de visitar las redes sociales.
- Potencia el tiempo dedicado a las actividades fuera de casa.
- Fortalece tus amistades reales. Propón actividades con tus amigos o toma la iniciativa para pasar más tiempo con tu familia.