Ansiedad Anticipatoria: La inutilidad del sufrimiento
Estás pasando una tranquila tarde en casa, viendo una película. De repente, recuerdas que mañana tienes que hacer una presentación en el trabajo. En ese momento, notas cómo se te seca la boca, tu corazón se acelera, sientes un nudo en el estómago, empiezas a sudar, e incluso parece que te falta el aire.
En principio, la situación expuesta parece ilógica porque aún no hemos enfrentado la situación que nos causa angustia, pero nuestro cerebro se comporta como si ya estuviéramos inmersos en ella, y a todos en mayor o menor medida nos ha pasado. Es lo que se denomina ANSIEDAD ANTICIPATORIA. Puede suceder al anticipar infinidad de situaciones, depende de la persona: entrevistas de trabajo, hablar en público, hacer un examen, ir al dentista, acudir a fiestas, hablar con alguien importante para nosotros, etc.
La persona, al saber que debe enfrentar una situación temida, percibe la amenaza y de manera reactiva aparecen pensamientos catastróficos e irracionales (“no seré capaz de hacerlo”, “me pondré en evidencia”, etc.). Así mismo, y como si de una reacción en cadena se tratase, se activan los síntomas físicos de la ansiedad (palpitaciones, mareos, temblor, opresión en el estómago, náuseas, vómitos, diarrea, etc.). Tanto los síntomas físicos como los pensamientos son señal de que estamos anticipando.
Cuando se anticipa una situación temida y aparecen los síntomas descritos, la persona, con el objetivo de reducir el nivel de angustia, suele reaccionar de las siguientes maneras:
- Evitar: “Mejor no voy a la reunión de antiguos alumnos”
Cancelamos un evento social, una entrevista de trabajo, etc. Evitar es el peor enemigo para superar la ansiedad, sea del tipo que sea. Cuando evitas una situación, en un primer momento te sientes aliviado –ya no tienes que pasar por ello-, aunque realmente tu miedo a la situación no desaparece, sino que se mantiene y se incrementa, ya que no te das la oportunidad de demostrarte que eres capaz de hacerlo. Cuánto más evites una situación, más amenazante te parecerá, más razón le estarás dando a tu miedo y menos confianza estarás depositando en tus recursos.
- Postergar: “ya llamaré al cliente mañana” o “ya hablaré con el jefe cuando tenga suficiente tiempo para atenderme”. Demoramos aquello que tememos afrontar tampoco es la solución porque sólo prolongamos el sufrimiento y los síntomas de la anticipación.
- Afrontando de manera incómoda:habitualmente no se puede evitar o demorar para siempre la “tarea” que se anticipa, y por tanto, tarde o temprano se debe afrontar, pero se ha demorado tanto, que los pensamientos catastróficos y los síntomas son tan intensos que la persona se expone pero con un elevado nivel de angustia. Ello también perjudica el resultado de la tarea, ya que la ansiedad repercute negativamente en la ejecución (se olvidan cosas, es difícil expresarse, no se encuentran las palabras adecuadas, etc.).
- Afrontar y exponerte, a las situaciones que te generan ansiedad te ayudará a que adquieras mayor seguridad personal, mayor confianza en ti mismo y a que no delegues aquellas responsabilidades que sólo te corresponden a ti. Comprobarás que eres capaz de enfrentarte a tus miedos. Lo más importante es marcarse objetivos, afrontando las situaciones de manera progresiva y realista.
Algunas pautas que pueden ser de utilidad para afrontar y exponerte a la situación:
- Visualiza la situación temida de manera positiva, imaginando que te enfrentas a ella de manera satisfactoria, con seguridad, tranquilidad y eficiencia.
- Controla la respiración antes y durante la exposición. Ello te ayudará a normalizar los síntomas físicos de la ansiedad (palpitaciones, sensación de ahogo, inquietud interna, etc.)
- Para el pensamiento negativo que anticipa las “catástrofes” que ocurrirán si te expones a la situación. La distracción te puede resultar muy útil horas antes del afrontamiento de la situación temida, para mantener la mente “ocupada” en otros temas que no te generen tanta ansiedad.
- Cuida tu lenguaje no verbal: durante el afrontamiento a la situación temida, mantén una postura firme que denote seguridad. Es un mensaje que te envías a ti mismo de fuerza y tranquilidad.
En algunos casos la ansiedad anticipatoria es tan incapacitante que puede resultar complicado atreverse a dicho afrontamiento. En estos casos, lo más adecuado es realizar un tratamiento psicológico para identificar qué situaciones te angustian, qué motivo te ha llevado a ello, generar un adecuado plan de acción, y proceder a una exposición, guiada por un terapeuta especializado en ansiedad.
¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Existe alguna situación que temas y anticipas lo que sucederá? ¿Has evitado alguna situación por este tipo de miedo?