Aprovechar el aburrimiento para fomentar la creatividad
Vivimos en una sociedad en la que hemos normalizado estar constantemente activos, donde hemos crecido aprendiendo que, no hacer nada es sinónimo de estar perdiendo el tiempo. Esto frecuentemente nos hace caer en la trampa de estar hiperocupados ya sea, trabajando, realizando tareas de casa, quedando con amigos, ir al gimnasio o planificando otras actividades de ocio ya que, reconocer que no hacemos nada, se ha convertido en un hecho socialmente poco aceptado.
En estos tiempos tan ajetreados, donde conciliar la vida personal con el trabajo no deja lugar a mucho tiempo más, parece que nos hemos olvidado de dejarnos un espacio en nuestro día para no hacer nada, para el aburrimiento. Posiblemente, imaginarnos estar por ejemplo, una sola hora sin mirar el móvil, la televisión o relacionándonos con otras personas ya nos genera malestar.
Nos hemos olvidado de parar por miedo a cómo nos vamos a sentir. El aburrimiento se ha convertido en una emoción negativa, desagradable y por tanto, a la que queremos bien lejos. Pero también nos hemos olvidado que el aburrimiento es un potente generador de creatividad y productividad. Si dejamos espacio al aburrimiento, la imaginación dará lugar a ideas que nos ayudarán a romper con nuestras rutinas y nos permitirá llegar a reflexiones más profundas.
Llevamos ya, dos semanas de confinamiento y a pesar de que muchos de nosotros hemos intentado organizar ciertas rutinas dentro de casa, podemos aprovechar la situación para dar espacio al aburrimiento y que se convierta así, en un reto para nuestro autoconocimiento. La creatividad forma parte de la condición del ser humano. Si nos acordamos de cuando éramos pequeños, los momentos donde surgían los juegos y las historias más divertidas era cuando no teníamos nada qué nos entretuviera.
Éramos capaces de construir un mundo lleno de aventuras con solo una caja de zapatos, unos rotuladores o una sábana. En esos momentos, donde no estábamos constantemente sobreestimulación con la televisión, las redes sociales o aplicaciones de todo tipo… era nuestra mente quien de forma natural y curiosa se las ingeniaba para construir un mundo mágico.
Quizás nuestro día a día ha hecho que nos alejáramos de este potencial que todos tenemos dentro. Por ello, os invitamos a dar un giro al confinamiento y aprovechar para entrenar y desarrollar la creatividad que todos disponemos. Tanto si se tienen hijos como si se está solo o en pareja, observad qué sucede cuando dedicamos un tiempo a aburrirnos y a la creatividad. Dediquemos un tiempo a nuevos desafíos para contribuir a que la cuarentena pueda ser más positiva para cada uno de nosotros.