AUTOESTIMA: “El arte de saber quererse uno mismo”
¿Qué tal una buena dosis de autoestima positiva para aliviar la ansiedad?
Nuestras experiencias vitales negativas, las presiones diarias a las que estamos sometidos, la necesidad de reconocimiento externo, la competitividad y el afán de superación, son entre otros, factores que fomentan y alimentan la baja autoestima.
Las personas con una baja autoestima, suelen interpretar de una manera distorsionada lo que realmente son y lo que valen, y además, suelen ser muy exigentes con todo lo que hacen, con lo que esperan en su día a día y de su forma de ser y actuar, con lo cual, no se sienten gratificados, se frustran y todo ello alimenta su baja autoestima. Dicha frustración, vendrá determinada no por no estar a la altura en la mayoría de las ocasiones, sino por tener unas expectativas demasiado elevadas y poco realistas.
Las personas con baja autoestima, en términos generales, suelen tener los siguientes rasgos:
- Dificultades para valorar sus talentos ni capacidades
- buscan reafirmación, es decir, necesitan la aprobación de los demás para estar seguros de lo que hacen
- tienen tendencia a la insatisfacción
- manifiestan cierta dependencia emocional
- hipersensibilidad a la crítica
- temen dar su opinión
- tienen un deseo excesivo por complacer a los demás
- se juzgan duramente
- se sienten culpables
- se exigen y se exigen en exceso
- tienden a la rigidez
- buscan el reconocimiento externo
Teniendo en cuenta estos factores, las personas con baja autoestima, frecuentemente padecen ansiedad y tensión. Aquéllos quiénes tienen una autoestima positiva, tienden a enfrentarse a las exigencias del día a día de una manera más satisfactoria, consiguiendo buenos resultados algunas veces, y en otras no, pero siendo más capaces de adaptarse y aceptarlos adecuadamente, sin que esto afecte su bienestar emocional. Si por el contrario se tiene una baja autoestima, es frecuente que uno se sienta inseguro e ineficaz para afrontar cualquier reto o situación cotidiana, lo cual producirá un aumento de la ansiedad, y una valoración negativa o poco satisfactoria de los resultados. Esto a su vez generará más ansiedad y baja autoestima.
La confianza en uno mismo, pasa por aceptar las limitaciones personales, quererlas mejorar, a la vez que utilizando los puntos fuertes de uno mismo, que todos tenemos. La importancia de aceptarse uno mismo es clave en el proceso de formación de la autoestima.
Uno de los pilares de la autoestima es la asertividad, entendida como la capacidad de expresar nuestras opiniones y deseos de una manera adecuada, en el momento oportuno y aceptando las consecuencias. En definitiva un respeto hacia las propias necesidades. Un “no” a tiempo, es un “sí” a la tranquilidad y a la autoconfianza. Ser fieles a nuestros principios y necesidades, es un buen comienzo para ser asertivos y para tener una autoestima positiva. Si bien las personas tenemos responsabilidades, también tenemos y merecemos el derecho a mostrarnos como somos. Tal y como me veo yo, es como me verán los demás.
Hacia una autoestima positiva….
Toma nota de algunos de los siguientes puntos para fomentar un aumento en tu autoestima. Es importante:
- sentirte bien contigo mismo
- alegrarte de los logros ajenos
- saber dar y recibir/pedir ayuda
- aprender a percibir tu eficacia personal
- disfrutar de las cosas divertidas de la vida
- luchar por tus objetivos
- mostrarte curioso/a y mantener una actitud abierta hacia nuevos retos y conocimientos
- mostrar una actitud positiva frente a la vida
- intentar estar de buen humor
- ser asertivo
La autoestima, no se medirá sólo a partir de los logros externos, sino a partir del bienestar de uno consigo mismo. Tendemos a no escuchar nuestras necesidades en pro a las de los demás, y a pensar que el resultado de ello es que se nos va a valorar y a querer más. De esta afirmación se desprenden dos ideas:
- la primera, que lo que hagamos, hagámoslo por nosotros mismos, dado que sólo si estoy bien conmigo mismo, podré ofrecer lo mejor de mí a los demás.
- la segunda, si bien es importante la opinión y el reconocimiento de los demás, más lo es la tranquilidad, el respeto a mis propias necesidades y a mi forma de ser.
Nuestro reto personal y mayor logro en la vida no es el de llegar a ser perfecto sino el aceptar positivamente mis imperfecciones, mejorarlas y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.