Cómo fomentar la experiencia de fluir en el día a día
Un estado de «flujo» es clave para la felicidad. Pero, ¿qué es el flujo? ¿Por qué es importante? ¿Y cómo podemos lograrlo regularmente en casa?
¿Alguna vez te has encontrado ensimismado en una actividad, tanto que has perdido la noción del tiempo? Cuando estamos inmersos por una tarea como esa, aunque puede ser raro para la mayoría de las personas, es un estado que se conoce como Flow, en inglés, y “estado de flujo” o fluir, en español.
En nuestra experiencia, es una de las claves para la felicidad a corto y largo plazo, especialmente si sentimos que por las circunstancias actuales nos es difícil “desconectar” de la realidad, aunque sea por momentos. Un buen beneficio adicional es que no sólo reduce el estrés sino que aumenta la percepción de eficacia y la autoestima.
¿Qué es el flujo?
Es un estado mental que se logra cuando estás completamente inmerso en una tarea, olvidando el mundo exterior. Es un concepto propuesto por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi, y hoy en día ya ha tomado mucha relevancia como clave para el bienestar físico y emocional.
Esto es así porque cuando estamos en “estado de flujo”:
- Estamos completamente enfocados en la tarea en cuestión
- Nos olvidamos de nosotros mismos, los demás y el mundo que nos rodea
- Nos sentimos felices y en control
- Somos creativos y productivos
¿Por qué es importante el flujo?
La capacidad de realizar una sola tarea (en oposición al multi-tasking) es una de las claves del verdadero estar en el presente. Donde en lugar de tener la atención repartida en varias cosas a la vez (dígase estar viendo una serie, a la vez que cocinando y atendiendo mensajes del móvil) nuestra atención se enfoca en una sola y estimulante tarea, en la que experimentamos una sensación de avance al ver que logramos pequeñas metas u objetivos, especialmente de cosas importantes para nosotros y duraderas. Es decir, prevalece la calidad en lugar de la cantidad.
Perdernos en esas tareas importantes y desafiantes, en lugar de ser interrumpidos constantemente por cosas menores (llamadas, correos electrónicos, mensajes instantáneos, familia, etc.), puedes concentrarte en las tareas el tiempo suficiente para completarlas. Lo interesante es que en ese equilibrio entre dejarte llevar y estar al control de lo que realizas, te diviertes más. Obtienes cosas importantes en lugar de solo hacer las cosas. Logras cosas en lugar de solo mantenerte ocupado, que al final del día es lo que comúnmente hacemos la mayoría del tiempo.
Entonces, ¿Cómo lograr el estado flujo?
Esto conlleva práctica, pues no estamos especialmente acostumbrados a estar en el presente y buscar espacios para dedicarnos a una sola tarea que nos guste, pero como en todo, se puede mejorar a medida que más se practique.
Estos son los pasos clave para lograr beneficiarse del Flow:
- Escoge una actividad que te gusta. Quizá sea una antigua afición o hobby que dejaste abandonada por falta de tiempo, quizá has dado con nuevos intereses online en estos días o quizá te has decidido a encontrar algo nuevo y aún no sabes qué. Sea como sea, asegúrate de que cualquier tarea que elijas sea algo que te apasione, o esté en cierta medida relacionada con ello.
- Escoge una tarea importante. No sólo es crucial que la actividad te guste sino también que sea importante para ti. Esto es, que sientes que tiene un impacto positivo por el mero hecho de realizarlo o porque tiene efectos o resultados a largo plazo para ti o para los demás. Aunque este impacto sea tan simple como decorar tu casa con los resultados de tu nuevo hobby.
- Asegúrate de que sea desafiante, pero no demasiado difícil. Si una tarea es demasiado fácil, podrás completarla sin mucho esfuerzo o reflexión. Una tarea debe ser lo suficientemente desafiante como para requerir tu concentración total. Sin embargo, si es demasiado difícil, te resultará difícil dejarte llevar por ella, o incluso te pueda acabar desanimado.
- Encuentra tu hora pico. Es decir, encuentra un momento tranquilo para poder concentrarte, normalmente cuando hay menos distracciones externas. Que ese momento de calma sea a la vez tu momento de mayor energía. Estar tranquilos pero cansados no nos ayuda a la concentración.
- Aparta las distracciones. Eso significa silenciar o apagar teléfonos, el correo electrónico y las notificaciones, o cualquier otra cosa que pueda interrumpir tus pensamientos. Esto también puede implicar buscar un espacio de casa limpio y ordenado.
- Aprende a concentrarte en esa tarea el mayor tiempo posible. Puede ser difícil al principio, pero es un buen entrenamiento en atención plena (o mindfulness) que requiere práctica (!y más sencillo que la meditación!).
- Diviértete. Al dejarte llevar por el curso de la tarea, aparece la consecuencia natural de diversión. Desafortunadamente estos procesos espontáneos no pueden ser forzados, por ello es tan importante invertir en conseguir experiencias de flujo. Tómate tiempo para apreciar esta sensación, más bien después de haberla experimentado y no durante el estado de flujo.