El duelo durante el confinamiento
La pérdida de un ser querido es siempre un golpe en nuestra estabilidad emocional y en nuestro día a día, pero cuando dicha pérdida se produce en el momento en el que nos encontramos de confinamiento donde no hay posibilidad ni de acompañar ni de despedirnos, la gestión de la pérdida se complica.
Las emociones que emergen ante la pérdida de un ser querido y la forma de expresar el dolor es diferente en cada persona. El sentimiento de soledad, la frustración, el dolor intenso, la tristeza, la rabia, la impotencia, la sensación de injusticia, la ansiedad, así como el sentimiento de culpa por no haber podido acompañar a nuestro ser querido en los últimos momentos de la vida son emociones vinculadas a la pérdida y aunque todas ellas normales, ante la situación de confinamiento pueden exacerbarse. Por ello, es importante buscar la forma de canalizarlas adecuadamente para que el duelo, de por sí ya complicado, no acabe convirtiéndose en un duelo patológico.
A nivel individual, cada uno debemos buscar momentos para encontrarnos con nosotros mismos, escuchar nuestras emociones por dolorosas que sean, saber cómo nos sentimos y poder dejar salir dichas emociones. Así mismo, realizar un pequeño homenaje a la persona que hemos perdido, dedicándole un rincón de nuestra casa, poniendo una foto que nos guste, unas flores o unas velas, escribir una carta con unas palabras de despedida puede convertirse en nuestro rito de despedida mientras no haya la oportunidad de realizar la ceremonia con nuestros allegados.
Los rituales de despedida nos ayudan en el procesamiento e integración de la pérdida. Ayudan a compartir el dolor y a dar el último adiós con las personas más cercanas. Permiten recibir apoyo, abrazarnos, llorar… Este contacto físico que tanto reconforma a quien está sufriendo, ha desaparecido con el confinamiento. Se nos ha privado de la posibilidad de despedirnos como lo solemos hacer y eso conlleva un dolor añadido al de la propia pérdida.
A pesar de que la dimensión social del duelo tal y como la tenemos entendida, no sea posible, sí podemos buscar otras formas de compartir nuestras emociones ante la pérdida y sentir esta cercanía
El contacto familiar y social, a pesar de que tenga que ser a través de una llamada o una videollamada nos ayuda a sentir este apoyo que tanto se necesita en estos momentos. Saber que contamos con personas cercanas con quien poder expresar como nos sentimos, qué nos preocupa y saber que nos escuchan, facilitará el duelo ante esta situación tan compleja.
En momentos como estos, la empatía y la sensación de unidad a aflorado más que nunca. No nos olvidemos que aun estando confinados, siempre tendremos a gente a nuestro alrededor (familiares, compañeros de trabajo, vecinos…) que estarán dispuestos a escucharnos si lo necesitamos.