El Síndrome de Cenicienta y los problemas de ser una princesa desvalida
Si escuchamos »Bibidi Babidi Bu» lo primero que nos vienen a la cabeza es la hada madrina ayudando a la desvalida Cenicienta de la adaptación que hizo Walt Disney, lo cierto es que existen miles de adaptaciones y versiones del cuento, quizás las más famosas son la de Perrault o los hermanos Grimm. Pero lo cierto, es que en el 1981 Collete Downing en su obra «The Cinderella Complex: Women’s Hidden Fear of Independence » describió un síndrome con el nombre de esta princesa de cuento.
¿En qué consiste el Síndrome de Cenicienta? Este Síndrome describe a mujeres que se sienten totalmente dependientes de los hombres tanto emocional como económicamente. Además, el complejo se caracteriza por la idealización de una imagen mental masculina, un «príncipe azul», que les genera una gran frustración al ser totalmente intolerantes ante cualquier defecto de su pareja. No es considerado una patología psiquiátrica, pero si un complejo que puede provocar problemas de relación.
Pero, ¿Por qué Cenicienta? Es cierto que casi todas las princesas de cuento presentan mujeres muy poco independientes, pero cenicienta es la que expresa mejor la idea de que la feminidad debe poseer inocencia, belleza y resignación, pero de ningún modo independencia. No olvidemos que en el cuento de Cenicienta, ella es incapaz de alterar su condición de sirvienta sin la intervención de un hada madrina y desde luego, sin la figura masculina representada por el apuesto Príncipe Azul. Es la figura típica de la dama en apuros. Dicho de otra manera, Cenicienta es el resumen de la mujer que solo puede cambiar el curso de su vida mediante el establecimiento de una relación con un hombre; de otra manera, será esclava por siempre jamás.
Es decir, el síndrome de Cenicienta se caracteriza por dos grandes pilares:
- Dependencia emocional, se define como un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de una forma desadaptativa con otras personas. Es una necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra. Se caracterizan por:
- Relaciones basadas en la sumisión y la subordinación. Son relaciones desequilibradas.
- Existe una necesidad excesiva del otro, lo que se traduce como un deseo irrefrenable de acceso constante a él.
- Si la persona amada no está disponible o si no se obtiene de ella las manifestaciones de afecto deseadas se produce un sufrimiento.
- Necesidad de la aprobación de la pareja y preocupación excesiva por agradarle. Asumiendo el sistema de creencias de la pareja, por encima del propio.
- Suelen aparecer altos niveles de preocupación y comportamientos vigilantes y controladores por miedo a perder a la pareja.
- Pánico a la ruptura.
- Idealización de la figura masculina, es la exageración en positivo de las virtudes del sexo masculino, quitándose a sí mismos valor para otorgarle al otro el poder de la “perfección”. Una persona que idealiza a otra, suele sentirse inferior. Se suele pensar que la pareja (el príncipe azul) la salvará de cualquier cosa y estará por ella todo el tiempo. La mayoría de estas mujeres creció con la idea de llegar a tener a un hombre perfecto para ellas. Muchas evitan relacionarse con hombres porque ninguno cubre sus expectativas y exigencias.
Las causas del Complejo de Cenicienta pueden resumirse en que algunas mujeres, por crianza, presiones familiares o sociales, cultivan el deseo desmedido e inconsciente de ser cuidadas. Este deseo procede del miedo a la independencia. Otro factor al que se apunta es la baja autoestima.
Todo esto provoca unas consecuencias, principalmente problemas de pareja y conyugales, puesto que una mujer en exceso dependiente de su compañero de vida resulta asfixiante. Uno necesita sentir que es capaz de responder por sí mismo al momento de que el cónyuge haga falta y es un hecho que se pueden alcanzar muchas metas por uno mismo sin necesidad del otro.
Ante una relación marcada por el síndrome de cenicienta, se aconseja:
- Potencia la autonomía
- No dejar de lado las amistades
- Aceptar que el amor es libertad y aceptación del otro
- Busca motivaciones y actividades externas
- Aprender a tomas tus propias decisiones.
No estamos diciendo que se deba tratar a la mujer sin delicadeza, ya que en el fondo sí que hay una princesa dentro de cada una, pero una mujer debe ser segura de sí misma, y desarrollar la capacidad de cumplir sus metas, ser feliz y económicamente independiente. No le hace falta ningún príncipe azul que le salve.