Podcast Psicología: La Asertividad.
Temporada 01, Episodio 03- Hoy hablamos de la Asertividad
Itae es el primer centro especializado en la prevención y el tratamiento de la ansiedad, el estrés y el estado de ánimo. Somos un equipo de psicólogos y psiquiatras con una amplia experiencia.
Nuestro propósito es mejorar tu calidad de vida y por ello hemos creado también este podcast, porque sabemos que la psicoeducación es el primer paso hacia tu bienestar emocional.
Acompáñanos y descubrirás técnicas útiles para manejar tus emociones de una forma fácil y práctica.
Muy buenas a todos, soy Lorena Alfaro psicóloga de ITAE Psicología y hoy vamos hablar de la Asertividad.
La asertividad es una habilidad social, es un modo de comunicarnos en el que expresamos nuestras ideas, deseos, necesidades y límites de una forma clara y respetuosa hacia los demás.
Es decir, se trata de que te respetes a ti mismo diciendo lo que piensas o necesitas y de que respetes al otro haciendo lo de esa manera, positiva y calmada.
Comunicarnos de un modo asertivo, nos hace ganar confianza en nosotros mismos, reduce la ansiedad y la frustración. Ya que nos veremos capaces de expresarnos y poner límites sin caer en un comportamiento agresivo del que luego nos podemos arrepentir.
Pero para poder entender bien, qué es la asertividad, primero es necesario conocer lo que no es la asertividad.
La asertividad es una habilidad social. Comunicarnos de un modo asertivo, nos hace ganar confianza en nosotros mismos, reduce la ansiedad y la frustración
Empecemos hablando de la comunicación pasiva.
En este estilo de comunicación, la persona no dice lo que piensa, siente, quiere o necesita por miedo a la reacción del otro a caer mal, a molestar o, simplemente por costumbre.
Suele hacer ese tipo de afirmaciones:
- Lo que tú quieras
- Con tal de no irte
- Con tal de que no te enfades
Con este tipo de comunicación, la persona deja de respetarse a sí misma puesto que pone las necesidades de los demás por encima de las suyas. Aun así, la comunicación pasiva, puede tener algunas ventajas para la persona que la utiliza.
Por ejemplo, no tiene que tomar decisiones, no tiene que enfrentarse a situaciones temidas ni tiene que enfrentarse a conflicto. Pongamos un ejemplo.
Imaginaos que Ana quiere ir al cine, a reservado la tarde del jueves para ver una película que le hace muuucha ilusión. Para ello, ha tenido que hacer un tetris con su horario, pero al final lo conseguido. Pero la llama su hermana Paula y le dice que sí, por favor, el jueves por la tarde puede acompañarla a hacer unas compras… entonces Ana piensa…
Bueno, si ya que me lo ha pedido será importante, ya veré la película en otro momento y le dice que si a su hermana.
Ana no he puesto las necesidades de su hermana por delante de las suyas, pero a la vez, ha evitado tener que decirle que no y que supuestamente su hermana se enfade o se sienta mal por su negativa.
A la larga este tipo de comportamientos pueden hacer que acabes creyendo que tienen la responsabilidad de ocuparte de todo y que priorizar las necesidades de los demás a las tuyas.
En el polo opuesto encontramos la comunicación agresiva.
Una persona agresiva expresa sus sentimientos y defiende sus necesidades de una forma abusiva y dominante, se trata de personas impulsivas que se frustran con facilidad. Una persona con comunicación agresiva puede llegar a gritar, insultar, dar golpes o portazos, incluso llegar a la agresión física. Pero hay veces que la comunicación agresiva puede ser un poquito más sutil y simplemente el tono de voz y la expresión corporal bastan para que esa persona se este comunicado de forma agresiva.
De este tipo de comunicación también encontramos ventajas y es que a menudo la persona que se comunica de esta manera, consigue al menos a corto plazo lo que quiere del otro, eso sí cuando le respeto.
Sigamos con el ejemplo; imaginaos que ahora Ana, en vez de pensar que puede ver la película otro día, piensa que su hermana es una egoísta y que no piensa en los demás. Le diría algo como; ¿Qué pasa no puedes ir tú sola?, ¿tienes 12 años o qué?, por una tarde que tengo libre vienes tú a querer fastidiarme.
En esta situación, Ana, acaba faltándole al respeto a su hermana, pero consigue ir al cine sin que nadie la moleste. También consigue que en otras ocasiones su hermana no le pida ayuda.
Las personas que se comunican de este modo acaban generando rechazo a los demás, además este tipo de comunicación puede generar muchas discusiones y malentendidos.
El tercer tipo de comunicación sería la comunicación pasivo agresiva.
En este tipo de comunicación, la persona agrede, pero no de forma directa, expresan su agresividad a través de burlas, juegos, sarcasmos. Lo hacen para dañar al otro y así desquitarse por algo que les ha ofendido o porque en una situación determinada no han sido capaz de poner límites.
El típico ejemplo, el de hacer el vacío no dirigir la palabra durante horas o días a alguien. No le está ardiendo directamente, pero con esa actitud le está haciendo daño. Aquí también entrarían las puyitas, las indirectas.
Imaginaros que Ana piensa que su hermana es una egoísta que no la tiene en cuenta, pero cede y va con ella de compras.
Si tiene una actitud pasivo agresiva, acabará diciendo algo como: menos mal que he venido yo, si no tú sola no es capaz de comprar eso, ¡eh! Jajaja. Qué es broma.
Este tipo de comentarios, enrarecen el ambiente y hacen que Paula note que algo pasa, que… que no sabe el que. Dificultan la comunicación clara y las relaciones interpersonales.
Muchas veces en consulta, nos encontramos la siguiente situación. Una persona pasiva, que aguanta, que no pone límites, que siempre cede, pero, que poco a poco va acumulando rabia, llega un momento en el que tiene un estallido que hace que se comporte de forma agresiva, es decir, pasamos de la pasividad a la agresividad. Además, normalmente por alguna cuestión trivial, es la gota que colma el vaso, se acumula tanta rabia que al final desborda. Después de este estallido, aparece una emoción llamada culpa. La culpa será proporcional a la agresión y cuanta más culpa haya más posibilidades de que se vuelva a ese comportamiento pasivo para compensar el estallido. Hasta que se vuelve acumular lo suficiente rabia claro.
Al final muchas personas entran en este ciclo del que es muy difícil salir, puesto que se van moviendo entre la pasividad, la acumulación de rabia, la agresión, la culpa, la pasividad otra vez, la acumulación de rabia y así sucesivamente sin pasar nunca por la asertividad.
Visto todo esto se entiende por qué es tan importante aprender a comunicarnos, asertivamente, ¿verdad?
Al comunicarnos de forma asertiva, estaremos poniendo límites sin agredir, es decir, nos respetaremos y respetaremos al otro
La regla de oro es: Decir lo que pienso, quiero, siento, necesito, pero hacerlo sin pretender dañar al otro, volcar mi ira o culpabilizar a la otra persona. Yo siempre le digo a mis pacientes que la amabilidad por bandera.
No siempre vas a poder comunicarte de forma asertiva, habrá situaciones en las que tendrás que adoptar la pasividad y otras las que tendrás que comunicarte de forma agresiva.
Pero si es importante que intentes que en la gran mayoría de tus interacciones sean asertivas. Las personas que se comunican de forma asertiva reducen su ansiedad al tomar un control real de la situación. Creer que tengo recursos para enfrentarme en lo que pueda estar en desacuerdo con otra persona aumenta mi seguridad y mi autoestima, además las personas asertivas pueden tener relaciones más sanas basadas en el respeto.
Para terminar de entender la asertividad, hay que tener en cuenta los derechos asertivos que tenemos todas las personas. Tener en cuenta estos derechos, significa que los aceptes para tu persona, pero también para el resto de personas con las que te relacionas. Pero antes nos gustaría recordarte uno de nuestros artículos: ¿Cómo ser más asertivo?
Tienes derecho a tener tus propias opiniones y creencias y por lo tanto los demás también tienen derecho a tener sus propias opiniones y creencias.
Tienes derecho a decir no, anteponer tus necesidades a las de los demás, no te hace egoísta, ni hace egoísta los demás anteponer las suyas y decirte que no.
Tienes derecho a cometer errores y equivocarte, así como los demás también pueden hacerlo.
Tienes derecho a pedir ayuda o apoyo emocional si lo necesitas y, a expresar tu dolor. Los demás también pueden expresarse y pedirte ayuda.
Tienes derecho a cambiar de opinión, a decir no lo sé, al igual que otras personas pueden hacerlo.
Tienes derecho a no necesitar la aprobación de los demás y por lo tanto otra persona tiene derecho al no necesitar tu aprobación.
Tienes derecho a no tener que justificar tu comportamiento y a tomar tus propias decisiones sin tener que dar explicaciones por ello y otra persona puede tomar la suya sin tener que darte a ti ninguna explicación.
Tienes derecho a pedir lo que quieras y aceptar un no por respuesta igual que los demás también pueden hacerte una petición y aceptar ese no.
Tienes derecho a ser tratado con dignidad y respeto, si no es así, puedes reclamarlo y los demás también pueden reclamarte que les trates con dignidad y respeto si en sentido que no lo has hecho.
Si quieres seguir aprendiendo sobre asertividad no te pierdas los siguientes episodios en los que hablaremos de técnicas concretas y pondremos ejemplos cotidianos, que seguro que te suenan. Al igual que tampoco puedes perderte todos los artículos de nuestro blog en los que hablamos de asertividad.
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Hasta el próximo episodio, un abrazo.
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