Intervención terapéutica con EMDR
El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es un efectivo abordaje psicoterapéutico, de aspecto integrador, indicado para el tratamiento de dificultades emocionales causadas por acontecimientos traumáticos.
El tratamiento se centra en los síntomas asociados a una vivencia traumática y en las dificultades de afrontamiento que esa vivencia pueda haber generado.
Cuando hablamos de trauma o situación traumática, podemos diferenciar entre dos tipos:
- Traumas (con “T” mayúscula): son aquellas situaciones que tradicionalmente se definen como trauma; situaciones en las que nuestra integridad física se ve amenazada (accidentes, agresiones, violaciones,…). La vivencia de una experiencia como ésta, verdaderamente dolorosa a nivel emocional, suele provocar síntomas que no disminuyen a lo largo del transcurso del tiempo y que continúan causando gran malestar.
- traumas (con “t” minúscula): son situaciones interpersonales conflictivas que se han ido repitiendo y que han acabado ocasionando dificultades de gestión emocional similares a las de los traumas con “T”. En este caso, un ejemplo sería una exigencia excesiva por parte de los padres o de algún profesor, momentos determinados de la vida, etc. Cuando una persona ha vivido un trauma con “t”, observamos que en el presente manifiesta dificultades parecidas a las vividas en el pasado, se mantiene un acusado malestar al recordar dichos episodios, y existe una falta de habilidades de resolución ante determinados conflictos.
La finalidad del método EMDR radica en ubicar las vivencias del pasado en el pasado, para poder vivir el presente sin ataduras y con libertad emocional.
El enfoque de esta técnica parte de la teoría de que todos tenemos un sistema natural de procesamiento de la información. Sin embargo, cuando una persona vive un suceso traumático (con “T” mayúscula o “t” minúscula), el procesamiento natural de la información se ve interrumpido debido al impacto y la intensidad emocional. Como consecuencia, al no procesarse adecuadamente el evento o eventos vividos, se almacena en las redes de memoria de manera disfuncional, lo cual genera diversos síntomas (físicos, cognitivos, emocionales y conductuales).
El protocolo del EMDR pone en marcha el mecanismo que permite reestructurar la información propia del trauma, dando lugar a un funcionamiento adaptativo, favoreciendo la regulación emocional en el presente y facilitando el cambio de las creencias y pensamientos. Este protocolo consta de 8 fases, siendo la base del tratamiento la estimulación bilateral del cerebro, que estimula el procesamiento de la información. Este procedimiento estimula los dos hemisferios del cerebro, permitiendo el desbloqueo de la información traumática contenida en el sistema nervioso y llevándola a formar parte de los recuerdos neutros.
En Itae Psicología, hace años que trabajamos con esta potente herramienta para ayudar a nuestros pacientes a superar sus problemas. Si consideras que podrías beneficiarte de un abordaje terapéutico basado en la técnica EMDR, no dudes en llamarnos.