La importancia de la salud mental
Hoy en día, quien más y quien menos, a pesar de no haber tenido contacto con ningún psicólogo, tiene una idea general y más o menos aproximada de lo que es la psicología. Todo el mundo parece tener claro la importancia de una adecuada salud mental y emocional, sin embargo, todavía parece existir cierta reticencia a acudir a un psicólogo cuando experimentamos alguna dificultad que nos sobrepasa. De hecho, es una idea bastante extendida el pensar que, para superar cualquier problema emocional, solo es necesario esperar a que el tiempo lo solucione.
Cuando nos fracturamos una pierna, acudimos a un traumatólogo, cuando nuestro corazón padece algún problema, nadie pensaría en no acudir a un especialista porque “no cree en los cardiólogos”. A nadie se le pasaría por la cabeza decirle a un diabético que para que su hígado vuelva a segregar correctamente insulina, debe dejar que “el tiempo lo cure”. Pero parece que, cuando una situación nos sobrepasa, cuando aparece en nuestra vida la ansiedad, la depresión, o cualquier otro problema emocional, lamentablemente, en muchas ocasiones la puerta del psicólogo es la última a la que se llama. Entonces, ¿esto quiere decir que no existe una necesidad real en cuanto a lo que se refiere a la psicología?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), los problemas psicológicos y emocionales se encuentran detrás de entre el 33% y el 53% de las consultas que reciben los médicos de familia españoles. Quizás puedas pensar que tampoco son demasiadas, teniendo en cuenta todo lo que estamos viviendo desde hace unos meses debido al Covid19, pero, de hecho, estos datos son anteriores a que iniciara la pandemia. Actualmente, aunque con bastantes precauciones, vamos regresando, poco a poco a lo que hemos oído (y ansiado) tanto durante las últimas semanas; la “nueva normalidad”, esa normalidad que es de todo, menos normal. Han sido unos meses duros, unos meses que nos han hecho replantearnos muchas cosas y que han dado la vuelta a toda nuestra vida, y que para muchos, van a dejar muchas consecuencias emocionales difíciles de gestionar sin ayuda profesional. Porque, aunque poco a poco, estemos regresando a nuestras vidas, aunque el confinamiento se acabe, las emociones negativas puede que no lo desaparezcan. Y no debemos culparnos por ello.
Durante las pasadas semanas, las búsquedas en google sugieren que la ansiedad o la tristeza fueron emociones que ganaron terreno durante el confinamiento. Los usuarios españoles buscaron la palabra “ansiedad” casi un 70% por encima de la media y algo parecido sucedió con otras como “claustrofobia” (54%). Son, en cualquier caso, conceptos que corren en paralelo con la mala calidad del sueño: las consultas sobre “pesadillas” crecieron también un 50% sobre la media de los doce meses anteriores y los usuarios que introdujeron la expresión “no puedo dormir” fueron un 88% más. Por ejemplo, la palabra ansiedad, registró un total de más de 70.000 búsquedas, muy superior a la cifra de búsqueda en los meses anteriores al confinamiento. Probablemente, muchas más personas que esas 70.000 vivieron esa misma sensación, puede que de una manera menos acentuada y, desde luego, no lo suficientemente intensa como para confesársela a Google. Esos usuarios podrían representar, pues, la punta de un iceberg mucho mayor.
Además de lo anterior, otro aspecto que ha pasado a cobrar una mayor importancia durante esta pandemia, han resultado las búsquedas que tenían que ver con las relaciones entre las personas y la compañía, aumentando la búsqueda de palabras como soledad o separación. Este pequeño alud de datos sobre búsquedas en google, no es más que un reflejo de lo importante que nos resulta para cualquiera de nosotros sentirnos bien emocionalmente y lo increíblemente difícil que puede resultar en una situación como esta. Sin duda, son muchas las estrategias que podemos seguir para poder fortificar y potenciar nuestra resiliencia, pero en ocasiones, todas estas estrategias no serán suficientes y entonces, es ahí cuando la figura profesional del psicólogo nos arrojará ese “salvavidas emocional” que tanto necesitamos y que pocos nos atrevemos a pedir. La realidad es, que todavía existe cierto halo de rechazo social a todo lo que tenga que ver con la salud mental, y lamentablemente, muchas personas han permanecido en un silencioso sufrimiento por miedo a ser tachados de “enfermos mentales” o peyorativamente hablando como “locos” por acudir a un psicólogo. Afortunadamente y, a pesar de que todavía queda un largo camino por recorrer, poco a poco este estigma está desapareciendo y cada vez son más las personas que deciden ponerse en manos profesionales para mejorar su bienestar emocional cuando lo necesitan.
Probablemente, si fuéramos conscientes de que la mayoría de problemas emocionales que sentimos, son más comunes de lo que nos imaginamos, normalizaríamos muchísimo más el acudir al psicólogo. Y la prueba de ello, está, nada más y nada menos, unos párrafos más arriba, cuando mencioné las búsquedas de google. Es ahí donde vemos que sentir ansiedad, miedo, tristeza, tener problemas con tu pareja… Es algo más común de lo que nos imaginamos (y más todavía en tiempos de COVID19). Por eso, no debemos avergonzarnos de cómo nos sintamos, ni tampoco de como necesitemos expresarlo. Recordemos; no pasa absolutamente nada por pedir ayuda cuando sea necesario, porque no todo el tiempo podemos y/o debemos estar felices y no hay una forma correcta en la que debamos sentirnos ahora. En definitiva, normalicemos el buscar ayuda cuando lo necesitemos.