Todo va cambiando y evolucionando cada vez más rápido con el avance de las tecnologías y la información. Esto también aplica a las relaciones de pareja.
Se ha comprobado a través de estudios sociológicos que, aunque sigue existiendo el ideal de amor romántico, esto contrasta con la realidad, que convive con otros tipos de amor más rápidos y más individualistas. El acceso ilimitado a conocer personas nuevas, el tener una “exposición” de personas del sexo deseado a través de una aplicación virtual, está generando una menor valoración interpersonal y de las relaciones en sí.
En general, solemos valorar las cosas según el esfuerzo que nos cueste, y actualmente no tenemos que hacer un gran esfuerzo para contactar con personas. Si no nos convence del todo una persona, pasamos a la siguiente y, así, entramos en una rueda que nunca acaba, ya que parece que buscamos a la persona “perfecta” para nosotros y, como ya sabemos, la perfección no existe.
Vivimos en una sociedad cada vez más exigente y menos conformista, y esto también afecta a la hora de crear relaciones de pareja, ya que cuanta más gente conocemos, más difícil es encontrar “la pareja correcta”. Estar con alguien supone renunciar a otra persona que quizás podría ser mejor, generándonos una gran frustración.
Hoy en día, comprometerse con alguien puede dar más miedo porque supone tener que ceder en algo que llevamos intrínseco como habitantes de nuestros tiempos: el individualismo. Ahora tomamos nuestras necesidades y expectativas como base para iniciar una relación, somos más conscientes de ello porque nos conocemos mejor. Esto no tiene por qué ser algo negativo, todo lo contrario, ya que nos hace conectar con una persona que nos aporte lo que necesitamos o nos acompañe en lo que nosotros ya somos. Y así poder tener relaciones equilibradas y sanas, lo que significa mayor felicidad a largo plazo. Anteriormente, al tener menos opciones, las personas se conformaban o valoraban otras características pero que, a largo plazo, se está viendo que no eran relaciones cómplices, de ahí una de las causas de tantos divorcios.
Tenemos que aprender a normalizar estas rupturas, ya que es mucho más sano que un amor “para siempre” donde los integrantes de la pareja no son realmente felices. Las personas vamos evolucionando y puede que, dentro de una pareja, ambos no evolucionen al mismo ritmo y si no sabemos encajarlo será una fuente de conflicto, que, si no sabemos solucionar o aceptar, acabará en ruptura. Aun así, si se da la ruptura, ésta se podrá gestionar emocionalmente y “superar”. Esto será mejor que mantener una relación que genera sufrimiento a ambas personas.
Adaptarse es la clave y aprender a ver la parte positiva que todo cambio tiene. Al ser humano le gusta la comodidad, la seguridad que nos produce lo conocido, por eso rechazamos en un principio cualquier esfuerzo o cambio que se nos presente, pero el cambio es evolución, y nos puede conducir a algo mucho mejor.
En resumen, en esta nueva era de las apps de citas como “Tinder” (o cualquier otra aplicación), podemos optar por utilizar todo el potencial que proporciona este tipo de herramientas para conocer gente nueva, pero haciéndolo con expectativas realistas, para minimizar al máximo una posible frustración. ¿Cómo hacerlo?. Teniendo en cuenta todo lo expuesto: los tiempos han cambiado y el paradigma de pareja también. Aceptemos que actualmente toleramos menos aquello que no nos conviene y que nos conocemos mejor. Eso implica que no tenemos por qué “aguantar” relaciones no satisfactorias. Y, por último, desterremos el ideal antiguo de encontrar a nuestra “media naranja” para siempre. Es más saludable aprender a ser autosuficiente a nivel emocional y no esperar a que nadie “nos complete” …esto facilitará elegir conscientemente, desde la elección, y no desde la necesidad.