Priorízate, te vas a necesitar
En la actualidad vivimos en un mundo en el que todos vamos a mil por hora. Parece que somos pasajeros de un tren de alta velocidad en el que miramos por la ventanilla y apenas podemos ver el paisaje. Solo lo intuimos, lo vemos medio borroso, y aunque hacemos algunas paradas en el camino… no es suficiente.
Ante esta situación surge la necesidad de aprender a tomar consciencia de nuestra vida. De esta forma seremos capaces de prestar atención a lo que nos sucede y cómo estamos, ya que muchas veces vamos tan acelerados que cuando algo nos para, nos preguntamos cómo hemos llegado hasta allí. No somos conscientes del recorrido y lo que ha pasado durante el trayecto. Es por esto que cuando hablamos de tomar más consciencia en nuestra vida, también hablamos de autocuidado.
El concepto de autocuidado puede tener muchos significados, pero según la OMS, y refiriéndose a la salud, define el “autocuidado” como la actitud y aptitud para realizar de forma voluntaria y sistemática actividades dirigidas a conservar la salud y prevenir enfermedades; y cuando se padece una de ellas, adoptar el estilo de vida más adecuado para frenar la evolución. Por lo tanto, podríamos concluir que cuidarse implica una proactividad donde se prioriza la salud física y mental de uno mismo.
cuidarse implica una proactividad donde se prioriza la salud física y mental de uno mismo
Priorizarse es un punto esencial en el autocuidado, ya que es precisamente de lo primero que nos olvidamos o sacrificamos cuando las cosas van mal. Es decir, cuando pasamos un periodo con muchos estresores o simplemente un día donde parece que no llegamos a todo, lo primero a lo que renunciamos es a aquellas actividades o situaciones relacionadas con nuestro propio cuidado. Por ejemplo, el día que tienes mucho trabajo es el que decides comer cualquier cosa, o si tienes una semana llena de médicos y actividades de los niños, lo primero que cancelas es tu yoga, tu médico o tu cita con los amigos. Otras veces nos quedamos unas horas más en el trabajo para terminar algo y sacrificamos nuestro tiempo con los hijos o ir al gimnasio.
Ante situaciones difíciles en el trabajo o en la vida cotidiana, sin darnos cuenta, podemos llegar a poner en marcha estrategias que lejos de ayudarnos a lograr bienestar y calidad de vida, se convierten en “trampas” que nos alejan de este objetivo, ya que agravan nuestro nivel de estrés. Y si esto sucedes de forma excepcional y puntual no pasa nada, el problema aparece cuando todos estos ejemplos se convierten en recurrentes.
Algunas de las trampas más frecuentes son:
- Evitación de situaciones.
- Controlar más, comprobar más, revisar más.
- Hablar excesivamente de problemas de trabajo.
- Explosiones temperamentales.
- Comunicación pasiva.
- Comunicación agresiva.
- Descuidar a la pareja, a la familia, a los amigos.
- Dedicar menos tiempo al ocio.
- Fumar o beber en exceso.
- Comer (poco o demasiado).
También cabe destacar que existe una creencia cultural muy extendida según la cual parece que priorizarse es ser egoísta. Sin embargo no hay nada más alejado de la realidad. ¡Qué puede haber mejor que dedicarse tiempo a uno mismo! Así nos sentiremos mejor con nosotros mismos y con los demás, reforzaremos nuestra autoestima y cogeremos energía para llevar una vida más saludable.
No te pierdas nuestro podcast de psicología sobre: Cómo ser más positivos y en consecuencia más felices.
Para fomentar la actitud de priorizarte lo primero que recomendamos es aprender a decir “NO”. Por eso te ofrecemos unas herramientas útiles:
- Lo primero es saber que cuando comiences a decir “no” lo normal es que aparezca sintomatología ansiosa. Sin embargo verás que con la práctica, el malestar irá despareciendo.
- No tengas miedo a lo que puedan opinar los demás. Tú eres la primera persona que debe estar satisfecha con tu conducta.
- Visualiza el objetivo por el cual estás diciendo “no” y lo bien que te vas a sentir cuando lo logres.
- Intenta no dar muchas explicaciones, tú sabes por qué lo estás haciendo. No hace falta caer en justificaciones repetitivas.
- Empieza por aquellas situaciones en las que creas que te será más fácil decir “no”.
- Compártelo. Desde hoy mismo a dejar claro a los demás todo lo que no deseas hacer.
- No actúes impulsivamente aceptando situaciones y tareas simplemente porque es más fácil decir “si”. Para ello, antes de responder di un sencillo “déjame mirar a ver si puedo hacerlo”. Así te darás tiempo a pensar lo que quieres hacer.
Poner en practica estas herramientas de forma paulatina, fomentarán que te prestes atención, te cuides y te sientas más coherente contigo mismo.
Recuerda no te dejes para después, eres tu prioridad.