¿Qué es el Coaching?
El Coaching es un método que consiste en guiar y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con la finalidad de conseguir alguna meta o desarrollar habilidades específicas. Se trata de un proceso enfocado a que la persona que lo realiza pueda mejorar su satisfacción en alguna de sus áreas vitales (trabajo, relaciones personales, economía, etc.) y alcanzar las metas que se proponga, mediante la definición precisa y clara del objetivo que se desea alcanzar y la configuración de un plan de acción.
¿En qué consiste el proceso?
El proceso de Coaching consiste en la interacción entre el Coach (experto) y el Coachee (cliente), que de forma conjunta definen los objetivos que se necesitan alcanzar y buscan el camino más eficaz para conseguirlos, haciendo uso de los propios recursos y habilidades del coachee. La metodología utilizada está basada en diversas preguntas que va formulando el coach, para ayudar a que la persona logre sus metas vitales, partiendo de que el cliente o coachee posee en su interior las respuestas y los recursos para desarrollar las capacidades que le permitirán alcanzar estos objetivos. Por tanto, el papel del coach es guiar y ayudar al coachee a que encuentre sus respuestas, propiciando a su vez la motivación y el cambio.
Para todo proceso de coaching, es esencial contar con objetivos claramente definidos para poder elaborar un plan de acción enfocado a la consecución de los mismos. Durante las sesiones se revisan dichos objetivos, los planes de acción y cómo se ha sentido el cliente al realizar algunos cambios, las posibles dificultades que se ha encontrado, así como su grado de motivación y compromiso. Asimismo, es muy importante revisar de manera continuada cuanto nos separa del objetivo marcado, si nos vamos aproximando o si por el contrario nos estamos alejando del mismo, esto permite poder realizar acciones correctivas y propiciar la obtención de los logros deseados.
¿De dónde surge el Coaching?
El Coaching tiene su origen en los años 80 y fue en EEUU donde comenzó a concebirse como una profesión con formación. Su aplicación se inició en el ámbito deportivo, donde un coach ayudaba a un deportista a obtener su óptimo rendimiento en su entrenamiento y competencia. A partir de los excelentes resultados obtenidos en este ámbito, el Coaching comenzó a aplicarse de manera progresiva en el mundo empresarial, inicialmente en el entrenamiento de ejecutivos, directivos y empresarios y con el transcurso de los años fue expandiéndose hacia otros cargos de la empresa, con el propósito de mejorar y desarrollar el desempeño individual de los empleados y equipos de trabajo. El éxito alcanzado tanto en el ámbito empresarial como en el deportivo, ha hecho que el coaching trascendiera a otros ámbitos y comenzara a adoptar relevancia y a difundirse exitosamente en el ámbito de lo personal, consiguiendo un importante protagonismo en países como Italia, Reino Unido, Australia, Alemania, EE.UU y, más recientemente, en nuestro país.
¿A quién va dirigido el Coaching?
Va dirigido a todas aquellas personas que quieren mejorar algún aspecto de su vida, tanto a nivel personal como profesional, como por ejemplo: elegir el campo profesional al que dedicarse, montar un negocio, mejorar la conciliación de la vida personal con la laboral, organizarse mejor el tiempo o mejorar la forma de comunicarse con los demás.
¿En qué se diferencia el Coaching de la terapia psicológica?
El Coaching es un proceso de aprendizaje y desarrollo personal, que atiende metas u objetivos y que trabaja con clientes. En cambio, la terapia psicológica es una intervención, basada en técnicas psicológicas, orientada al tratamiento de trastornos mentales o malestar emocional, que únicamente puede llevar a cabo un psicólogo clínico y que trabaja con pacientes.
Aspectos importantes a tener en cuenta:
Si bien, como hemos apuntado, el Coaching está orientado hacia todas aquellas personas que deseen mejorar algún área de su vida o conseguir alguna meta a nivel personal o profesional, es esencial tener claro que el Coaching no puede aplicarse a personas que presenten problemas de salud mental (psicopatología) o malestar psicológico, es decir, este método va dirigido a la población no clínica, siempre y cuando el proceso de coaching no lo realice un profesional de la psicología. Es más, dada la falta de formación específica en psicopatología de los profesionales sin formación en psicología que imparten Coaching, para poder identificar adecuadamente si la persona que demanda un proceso presenta clínica psicopatológica, es altamente recomendable que el proceso de Coaching sea realizado siempre por un/a psicólogo/a.
Asimismo, hoy en día, nos encontramos con un elevado número de personas que se dedican a ofrecer este método de intervención o se denominan Coachs, sin disponer de una formación específica o válida, o habiendo realizado únicamente algún curso de pocas horas de duración. Por estas razones, en la actualidad, la Psicología está jugando un papel clave para el desarrollo de un coaching profesional de alta calidad en nuestro país, a través de la consolidación de una nueva subdisciplina denominada Coaching psychology; dado que al trabajar directamente con personas y estar implicados sus procesos mentales y emocionales, es como bien hemos señalado, muy recomendable que el coach posea formación en Psicología. Asimismo, a pesar de que el coaching, por definición, trabaja con poblaciones no clínicas, diversos estudios han puesto en evidencia que entre el 25% y el 50% de las personas que solicitan servicios de coaching presentan niveles de psicopatología clínica. Este dato nos confirma que la formación en la identificación de los aspectos clínicos y de salud mental que ofrece la ciencia psicológica, constituye un elemento necesario para garantizar unos servicios éticos y de calidad en Coaching.