Estrés Crónico
Marta, de 42 años, lleva mucho tiempo sintiéndose sobrepasada por las demandas diarias. Es madre de dos hijos, de 8 y 6 años y desde que nació su hijo mayor, concilia su vida familiar con su trabajo de Secretaria de Dirección en una Multinacional. Trabaja más de 8 horas diarias y cuando finaliza la jornada laboral, se dedica al cuidado y atención de sus hijos y asume prácticamente todo el trabajo de la casa. Marta posee un carácter responsable, es altamente perfeccionista y autoexigente, le cuesta pedir ayuda a los demás y ella tiende a abarcar con todo. Marta siente que el comenzar cada día le supone un gran esfuerzo y que cada vez le cuesta más llegar a todo, además tiende a llevarse los problemas del trabajo a casa. ¿Crees que la Marta debe sufrir Estrés Crónico). Refiere sentirse muy cansada, con poca energía, tiene dolor estomacal y su estado de ánimo es generalmente bajo, además últimamente no disfruta de actividades de ocio y no le apetece quedar con gente. Por otro lado, le cuesta mantener la concentración y la atención en el trabajo, lo que ha contribuido a que haya cometido algunos errores, que la hacen sentirse culpable y prolongar su jornada laboral.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta de nuestro organismo, que aparece ante la percepción de que las demandas del entorno sobrepasan nuestra capacidad para afrontarlas. Se trata de una respuesta automática e involuntaria que implica un importante aumento de los niveles de activación fisiológica y psicológica. Cualquier cosa que nos provoque un cambio en nuestra vida, nos puede generar estrés, independientemente de si el cambio es bueno o malo (desde un cambio de vivienda, un ascenso en el trabajo, una entrevista, un examen, la muerte de un ser querido,…hasta acontecimientos que forman parte del día a día tales como horarios, responsabilidades, contratiempos…) Si bien, la respuesta de estrés resulta útil porque prepara al organismo para actuar de forma rápida y eficaz ante las posibles exigencias de la situación, cuando las respuestas de estrés se repiten con excesiva frecuencia, intensidad o duración, pueden producir un desgaste importante y facilitar el agotamiento de los recursos personales (físicos y psicológicos). No obstante, la forma de afrontar los cambios variará en función de las características individuales de cada persona.
Cuando el estrés se prolonga en el tiempo: estrés crónico
El vivir en una sociedad en constante cambio, que promueve la competitividad, las prisas y la autoexigencia personal, conlleva que pretendamos hacer muchas más cosas de las que podemos y que nos exijamos demasiado a nosotros mismos de manera constante. Un nivel moderado de estrés es adecuado, ya que nos activa y nos ayuda a enfrentaros a diferentes situaciones, por ello todos en algún momento de nuestra vida nos hemos podido sentir temporalmente estresados; sin embargo, cuando va transcurriendo el tiempo y nos seguimos sintiendo desbordados por la situación y no nos sentimos capaz de afrontar el/los problema/as de un modo distinto, es indicativo de que el estrés se está cronificando.
Posibles consecuencias del estrés crónico
Físicas:
- Dolores de espalda y cabeza.
- Afecciones cutáneas.
- Dolor de estómago o diarrea.
- Úlceras.
- Trastornos sexuales.
- Rigidez y tensión muscular.
- Disminución de las defensas del organismo.
- Enfermedades cardiovasculares.
Psicológicas:
- Irritabilidad.
- Bajo estado de ánimo.
- Depresión.
- Baja autoestima e inseguridad.
- Sentimientos de culpa y soledad.
- Dificultades de concentración, atención y memoria.
- Problemas de relación familiar y social.
- Abuso de alcohol y tabaco.
¿Cómo combatir el estrés crónico?
En el caso de Marta, que encabeza el presente artículo, podemos identificar un estrés prolongado en el tiempo, pues la situación vital de la afectada, le ha ido provocado un desbordamiento emocional y físico importante. Asimismo, observamos que, la forma de gestionar el trabajo y su vida familiar y cotidiana, no parece ser la más adecuada, ya que parece autoexigirse demasiado, tiende a asumir ella todas las responsabilidades y le cuesta delegar tareas en otros. Por otro lado, parece no ser capaz de poner límites entre su vida personal y laboral.
Algunas recomendaciones que te ayudarán a combatir el estrés crónico:
1 – Trata de simplificar tu vida: es fundamental gestionar bien el tiempo y organizarse mejor, para ello trata de revisar la lista de tareas que te propones llevar a cabo, establece prioridades y elimina aquellas tareas de las que puedas prescindir.
2 – Práctica hábitos saludables: es necesario mantener unos adecuados hábitos de sueño y de alimentación, así como realizar ejercicio físico con regularidad, reducir el consumo de café y evitar el tabaco y el alcohol.
3 – Permítete parar: dentro de la jornada laboral es importante que respetes tus tiempos de descanso establecidos y aquellos destinados para almorzar o comer, así como tratar de no prolongar la dedicación al trabajo.
4 – Establece límites entre tu vida laboral y personal: trata de no ocuparte de cuestiones del trabajo fuera del horario laboral y céntrate en tu familia, amigos, intereses personales y aficiones. Del mismo modo, trata de no focalizarte en “problemas” personales en el trabajo.
5 – Aprende a decir “no”: comienza a negarte a hacer aquello que realmente no deseas hacer o que consideras que no te corresponde realizarlo a ti.
6 – Pide ayuda si la necesitas y delega: no tengas miedo de pedir ayuda o delegar tareas para evitar sobrecargarte con trabajo y responsabilidades, tanto en el trabajo como en tu vida personal.
Si, como Marta, sientes desde hace tiempo que la situación que vives te desborda, que estás agotada/o, desgastado/a, que no llegas a todo…, no dudes en buscar ayuda profesional para tratar de adquirir las estrategias de afrontamiento adecuadas.