Trastorno de Pánico con Agorafobia
Trastorno de Pánico con Agorafobia: entrevista a una de las psicólogas de Itae Psicología entorno a este trastorno de ansiedad que afecta a más de un 3.5% de la población general.
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¿Qué es el pánico?
La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación, temblores o mareos, sensación de inestabilidad, sudoración, nauseas, en definitiva todos ellos coherentes con el miedo que los provoca.
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¿Qué es la agorafobia?
Es el miedo a los lugares donde se cree que no se podrá pedir ayuda si se precisa al sufrir una crisis de pánico. Fruto de este miedo, las personas con agorafobia o bien evitan estas situaciones o bien las enfrentan con una sensación intensa de incomodidad.
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¿Que ocurre en el pánico con agorafobia? ¿Qué síntomas hay?
Los síntomas que se dan en una crisis de ansiedad son inofensivos, aunque muy desagradables. La persona que los sufre tiende a malinterpretarlos, por ejemplo, ante la sensación de mareo empieza a pensar que se caerá, o ante la sensación de la taquicardia, puede pensar que va a tener un ataque al corazón. Es literalmente imposible pensar que se va a tener un ataque al corazón y a la vez estar tranquilo. Lógicamente, cuando los pensamientos son catastróficos como el que hemos mencionado (voy a tener un ataque al corazón, o me voy a desmayar), la persona se asusta, con lo que los síntomas se siguen acelerando más, confirmando a la persona que algo no va bien. Ante la posibilidad de que el ataque de pánico se de en algún lugar donde la persona no pueda ser rescatada (por ejemplo el metro, un avión, en medio de un centro comercial, en un ascensor, en el coche en marcha por la autopista, etc) la persona empieza a evitar acudir a esos lugares para mantenerse segura y resguardada. Generalmente se empiezan evitando algunas situaciones.
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¿Cuándo empieza?
El trastorno de pánico puede darse en niños, pero generalmente se inicia entre el final de la adolescencia y el principio de la edad adulta. Puede afectar igualmente a personas adultas de mediana edad y de edad avanzada. Los estudios han mostrado que las mujeres probablemente resultan 2 veces más afectadas que los hombres.
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¿Cuál es la causa?
Científicamente, no se ha podido establecer una causa. La teoría que ofrece más garantías dice que la causa puede estar en una predisposición genética, alimentada por un proceso de aprendizaje determinado por diversos factores estresores. Las personas con tendencia al ataque de pánico suelen tolerar mal el estrés y tienden a responder intensamente ante situaciones que les resultan estresantes.
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¿Qué ocurre después de que una persona haya sufrido una crisis de ansiedad?
Las personas que han sufrido una crisis de ansiedad tienen habitualmente una gran sensibilidad a las reacciones corporales (como corazón acelerado, mareo, etc.), que interpretan como peligrosas y pueden llegar a verlas como amenazas serias para su salud, cuando en realidad se trata de reacciones normales e inofensivas, como la reacción al miedo. Responden a estas reacciones con ansiedad y síntomas físicos. Tienen una tendencia a responder con miedo ante los síntomas de ansiedad y hacer interpretaciones catastrofistas. Por ejemplo, las palpitaciones son interpretadas como síntoma de ataque cardíaco, la sensación de irrealidad la interpretan como indicio de que se están volviendo locos, etc. De este modo, en cuanto aparecen los primeros síntomas de hiperventilación durante una etapa de estrés prolongado, estas personas se asustan mucho, piensan que algo malo les pasa. El miedo hace que su corazón se acelere aún más y que aumenten los síntomas, los cuales son a su vez interpretados como una amenaza muy seria contra su salud. Piensan que puede ser un infarto, que se van a morir, que por ejemplo, si van en coche, perderán el control y tener un accidente, etc. y el miedo va aumentando hasta transformarse en verdadero pánico.
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¿Cómo condiciona a la persona el miedo a estos síntomas?
El miedo a que una crisis de ansiedad vuelva a suceder mantiene a las personas tensas y ansiosas, aumentado así las posibilidades de que, efectivamente, acaben teniendo un nuevo ataque de pánico. Por tanto, el ataque de pánico es la respuesta psicofisiológica normal (e inofensiva) que sucede ante situaciones de gran peligro (como cuando un enorme perro furioso se abalanza contra ti con intención de atacar), con la diferencia de que en el caso del ataque de pánico, no existe ningún peligro real.
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¿Qué repercusión tiene el pánico con agorafobia en la vida cotidiana?
El agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente ansiógenas como: salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes, entrar al cine, hacer deporte, viajar, estar en lugares públicos, áreas amplias, etc. lo que generalmente presenta un grave problema en su vida, ya que casi nunca deja su hogar; y al hacerlo, generalmente presenta una elevada ansiedad causada por el miedo a tener un ataque de pánico. La persona evita situaciones por miedo a padecer síntomas y no poder ser rescatado; la evitación en un principio representa un alivio para la persona (porque no tiene que pasar por una experiencia que anticipa será desagradable), pero no se da cuenta de que cuanto más evita cada situación, más potencia la ansiedad que le producirá la misma; a más se evita una situación, más se confirma internamente la idea de que no se es capaz de afrontarla y por tanto se incrementa cada vez más el miedo que produce la situación. Por ejemplo, cuando más se evita ir en metro por miedo a padecer una crisis en medio de un trayecto, más se potencia la idea de que el metro es un lugar peligroso y más débil se percibe uno mismo ante la idea de subir al metro. Si la persona se expusiera al metro, es decir fuera al metro, podría darse la oportunidad de comprobar que es capaz de gestionar su ansiedad. En cambio, evitándolo, consigue reforzar la idea de peligrosidad de la situación.
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¿Cuál es el mejor tratamiento para el pánico?
Se ha demostrado científicamente que el método más eficaz es la terapia cognitivo conductual especializada. El método de tratamiento implica psicoeducar al paciente sobre el pánico y la agorafobia, exponerle a los síntomas en consulta y fuera de ésta para que les pierda el miedo y exponerlo gradualmente a las situaciones que teme. El objetivo del tratamiento es ayudar a la persona afectada a desempeñarse mejor y su éxito, usualmente, depende en parte de la severidad de la agorafobia. Es una terapia altamente efectiva cuando se aplica por psicólogos especializados.
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¿Qué pasa si no se recibe un tratamiento adecuado?
Este es un trastorno con un tratamiento efectivo, pero si no es tratado se puede llegar a cronificar y a complicar. La persona cada vez limita más su rango de acciones y puede llegar a limitar de forma total su vida.