La característica esencial del trastorno orgásmico masculino es la ausencia o el retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal. Esta condición provoca malestar acusado y dificultad en las relaciones interpersonales. En la forma más frecuente de trastorno orgásmico masculino el varón no consigue llegar al orgasmo durante el coito, pero puede eyacular con otros tipos de estimulación, por ejemplo, manual u oral.
Algunos varones con este trastorno pueden llegar al orgasmo intravaginal, pero sólo después de un largo período de estimulación no coital. Otros pueden eyacular sólo durante la masturbación y otros llegan al orgasmo sólo en el momento de despertar tras un sueño erótico.
Muchos varones que no llegan al orgasmo intravaginal explican sentir excitación al inicio de la relación, pero el coito se convierte gradualmente en algo más desagradable que placentero.
Dentro del tratamiento del Trastorno orgásmico masculino, el trabajo terapéutico puede abarcar alguna de las siguientes opciones, siempre ajustándose al contexto específico de la persona.